¡Hola blogueros!
Soy Inma López Carrillo y esta semana me ha tocado
desempeñar el rol de traductora. Se trata de escoger cinco términos que definan
esta segunda tarea que hemos tenido que hacer sobre la experiencia del BCC.
Este rol, desde mi punto de vista, no ha sido tan difícil
como pensaba. Un buen trabajo requiere un esfuerzo y por mi parte, y para
llevar hacia delante este proyecto, creo que lo he sabido encajar bien. La
actividad me ha resultado muy didáctica porque he aprendido a buscar
información sobre los diferentes términos que he escogido, saber sintetizarla e
interiorizarla, desarrollar los términos con más profundidad y emplear mi
propio vocabulario.
Éstos son los términos de esta tarea:
BCC:
tras
estas siglas conocemos al Banco Común de Conocimientos, un proyecto que surgió
en Barcelona, en 2006, como un laboratorio de educación mutua que permite
intercambiar conocimientos entre las personas. Sus promotores son un grupo
barcelonés formado por Susana Noguero, Oliver Shulbaum, Ignacio García y Joan
Villa Puig, los primeros integrantes del colectivo Platoniq.
Su origen se debe a la
expansión del software libre, las redes sociales y los sistemas de intercambio
anónimo (P2P).
Dentro de sus objetivos
destacan desarrollar, crear y proteger espacios de intercambio y transmisión
libre de conocimientos. Además, pretende potenciar el saber como un bien común,
invitando a la formación e implicación ciudadana.
Este modelo implica la
cooperación entre sus integrantes y además, exige una responsabilidad
distribuida entre las personas implicadas.
E-BOOK:
es
un soporte electrónico que tiene su origen hace 40 años con el proyecto
Gutenberg. Su creador fue Michael Hart con el fin de
distribuir gratuitamente las obras del dominio público por vía electrónica.
Cabe destacar que es un
modo de adquirir conocimientos sin necesidad de aportar nada a cambio, ni de
compartir ningún tipo de información. La forma de aprender que se lleva a cabo
con este libro electrónico es individual.
En el E-book puedes
disfrutar de la privacidad en la red y, aunque es más sencillo acceder a la
información, es más limitada que en el BCC. Se obtiene un aprendizaje a través
de la asimilación de conocimientos, mientras que en el BCC el aprendizaje es
mutuo.
PECHAKUCHA:
tiene
su origen en 2003, cuando dos arquitectos de Tokio pusieron en marcha un nuevo
formato de presentación. Su idea se basa en elaborar una presentación de 20
diapositivas, en donde el orador tiene que defender cada una en 20 segundos, siendo
el tiempo máximo de la exposición de 6 minutos y 40 segundos.
Esta limitación de tiempo
no resulta un obstáculo, ya que lo que se pretende es conseguir que las presentaciones sean más
dinámicas, eficientes y concisas para destacar las ideas más relevantes, no
dejando tiempo para la improvisación.
COPYLEFT:
esta
palabra se empezó a utilizar en los años setenta por oposición a copyright. Fue Richard Stallman
quién creó este término en 1984, en la General
Public License (GPL, «licencia pública general»).
Copyleft es un grupo de
licencias que se utiliza para hacer programas libres. Uno de sus requisitos es
que todas las versiones modificadas y extraídas del mismo programa sean también
libres, por lo que hay que hacerlo sin derechos de autor para que cualquier
persona pueda compartir y mejorar el propio trabajo. Se trata de usar los
derechos de autor en un programa, sin abandonarlos.
PLATONIQ: el
promotor del Banco Común de Conocimiento es el grupo barcelonés formado por
Susana Noguero, Oliver Schulbaum, Ignacio García y Joan Villa Puig, éstos son
los primeros integrantes de Platoniq.
Platoniq es una plataforma
de producción y distribución de contenidos digitales, que trata de bajar
Internet y todos sus programas a la calle y así difundir, formar o compartir
colaborando con instituciones como el Duolun Museum of Modern Art, Sanghai;
Bootlab, Berlín (2007), Medialab Madrid (2006) o el Instituto Goethe (2002).
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